Al igual que el rostro, las manos están expuestas de forma continua al entorno y al desgaste diario: desde teclear en la computadora, atender a los hijos, cocinar, limpiar y mucho más. La pandemia incrementó aún más su uso y exposición, obligándonos a lavarlas y desinfectarlas con mayor frecuencia, lo que debilitó su barrera natural.
Nuestras manos son uno de los primeros lugares donde se manifiestan los signos del envejecimiento y la falta de cuidado. Cuando la barrera cutánea se ve afectada —por exceso de humedad y falta de hidratación—, las manos se vuelven vulnerables a irritantes, alérgenos y agentes infecciosos. Esto puede traducirse en resequedad, picazón, enrojecimiento, grietas e incluso infecciones.
Para evitar estos problemas y devolverles a tus manos el bienestar que necesitan, los expertos recomiendan seguir estos cuidados prácticos:
1. Combina el desinfectante con una crema hidratante
El uso constante de desinfectantes y el lavado frecuente, aunque necesarios, pueden resecar la piel severamente. Muchos geles contienen alcohol, que elimina los aceites naturales que mantienen la piel protegida e hidratada. Se aconseja aplicar una crema humectante inmediatamente después de cada limpieza. Así, ayudas a restaurar la barrera cutánea sin comprometer la higiene.
2. Protege tus manos del frío y la sequedad ambiental
Durante las estaciones frías o con calefacción interior, el ambiente seco contribuye a la pérdida de humedad en la piel. Esto provoca descamación, picazón y grietas, especialmente en personas con condiciones como eccema. Se recomienda usar cremas o ungüentos sin fragancia ni colorantes, ricos en ingredientes como ceramidas, glicerina, ácido hialurónico y vaselina. Aplícalos sobre la piel húmeda para una mejor absorción.
3. No olvides el protector solar
La exposición solar también afecta a las manos, y muchas veces se pasa por alto. La radiación ultravioleta puede causar manchas, arrugas, sequedad e incluso lesiones precancerosas. Para protegerlas, aplica protector solar de amplio espectro (FPS 30 o superior) en tus manos todos los días, especialmente si estarán expuestas al sol.
4. Regálales un tratamiento nocturno intensivo
Convierte tus noches en una oportunidad para mimar tus manos. Antes de dormir, sumérgelas en agua tibia o leche, aplica una crema rica en lípidos y cúbrelas con guantes de algodón. Esto ayuda a que la hidratación se mantenga durante la noche. Si usas un humidificador en la habitación, potenciarás aún más los efectos.
Tus manos trabajan sin descanso y son una de las partes más visibles de tu cuerpo. Cuidarlas no solo es una cuestión estética, sino también de salud. Adoptar pequeños hábitos como los mencionados puede marcar una gran diferencia en su apariencia y bienestar. ¡Dales el cuidado que merecen!