La música y sus géneros son amplios, hoy día con letras más explícitas que otras, al final un ritmo de notas, ideas y letras que conectan al mundo, un idioma extenso y universal.  Yo soy amante de la “música bonita” como la llamo, de esas canciones que con sus letras nos trasladan a un recuerdo, a un momento especial, a esa emoción que nos movió por dentro y sacó una sonrisa o una lágrima.

El que me conoce sabe que la música de Alejandro Sanz es mi todo y más, con su voz raspada, con el sentimiento en sus letras, con la fascinación que me produce cada vez que lo oigo, incluso, por el único que he viajado a varias partes del mundo solo para escucharle en vivo, y sentirme más viva que nunca.

A más ruido, más música.

Y como todo en esta vida se transforma, la música también se transforma o nos transforma. Hoy día escuchamos letras más rudas y bruscas, algunas veces sin sentido y otras que hasta nos alarman… transformación, los tiempos cambian y debemos aprender de ello, no quiero decir que hay que aceptar todo, simplemente debemos aprender a vivir con ello, en las diferencias está el balance universal.

Tal como sucede con muchas otras formas de expresión cultural, la música es una manera que tiene el ser humano para expresarse y representar a través suyo diferentes sensaciones, ideas, pensamientos.

¡La música nos mejora! Esto es algo que aprendí involucrándome en uno de los festivales insignia de Panamá, el Panama Jazz Festival. Dentro de las diversas actividades educativas que se realiza desde hace varios años en el festival, está el Simposio de Musicoterapia, donde expertos en materia musical y musicoterapeutas evidencian que la musicoterapia ayuda en el dolor físico, emocional, y que funciona en todas las edades, desde bebés recién nacidos hasta adultos mayores que puedan padecer alguna enfermedad como Parkinson, demencia, Alzheimer y demás complicaciones de salud mental.

La música es un fenómeno natural que influye a los humanos en todos los niveles posibles, incluidos los niveles físicos, emocionales y espirituales, y lejos de ser experta en el tema, a mí la música me ha acompañado, me ha salvado y me ha reconectado.

Incluye tanta música en tu vida como sea posible, encuentra música hermosa que te guste escuchar en tu casa, mientras cocinas, en el auto o en cualquier otro momento y seguramente todo lo disfrutarás mucho más.

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