Actualmente están siendo desarrollados en paralelo diferentes tipos de motores para su uso en vehículos futuros. Entre ellos están incluidos sistemas híbridos, ciento por ciento eléctricos y propulsores de combustión altamente eficientes. El hidrógeno representa una alternativa potencial a los combustibles convencionales o sintéticos (e-fuels) en los motores de combustión, tal y como aparece reflejado en un estudio realizado por Porsche Engineering.
Motor de hidrógeno de alto rendimiento para autos de pasajeros
Hoy están siendo diseñados motores de hidrógeno en todo el mundo, sin embargo, en la mayoría de los casos su desarrollo está previsto para vehículos comerciales con una potencia específica relativamente baja de alrededor de 68 CV (50 kW) por litro de cilindrada. “Para el sector de los autos de pasajeros, esto es insuficiente. Sin embargo, nosotros desarrollamos un prototipo de motor de combustión de hidrógeno que tiene como objetivo igualar la potencia y el par de los actuales propulsores de gasolina de altas prestaciones. Al mismo tiempo, también nos habíamos marcado el objetivo de lograr un bajo consumo de combustible y mantener las emisiones al mismo nivel que el aire del medio ambiente”, dijo Vincenzo Bevilacqua, experto senior del departamento de Simulación de Motores en Porsche Engineering. “El punto de partida de nuestro estudio fue un motor de gasolina de ocho cilindros y 4.4 litros existente, o más bien, su conjunto de datos digitales, ya que realizamos todo el estudio virtualmente utilizando simulaciones de rendimiento del motor”.
Las modificaciones llevadas a cabo incluyeron una relación de compresión más alta, una combustión adaptada al hidrógeno y, lo más importante, un nuevo sistema de sobrealimentación por turbo. “Para una combustión limpia de hidrógeno, los turbocompresores deben, por un lado, proporcionar alrededor del doble de masa de aire que en los motores de gasolina; por otro lado, sin embargo, las temperaturas más bajas de los gases de escape disminuyen la energía en el lado del escape”, dijo Bevilacqua. No es posible resolver esta discrepancia con los turbocompresores convencionales. Por ello, Porsche Engineering examinó cuatro conceptos alternativos de sobrealimentación mediante turbocompresores, algunos de ellos derivados del automovilismo deportivo.
En todos estos conceptos entran en juego varios turbocompresores asistidos eléctricamente, que se combinan en ocasiones con válvulas de control adicionales o con compresores de accionamiento eléctrico. “En los estudios realizados, cada sistema de turboalimentación mostró ventajas y desventajas específicas. La elección adecuada depende en gran medida de los requisitos del motor de hidrógeno en cuestión”, dijo Bevilacqua. En el caso del motor elegido para este proyecto, el equipo de desarrollo se decantó por un sistema de turboalimentación con compresores en paralelo. La característica distintiva de este diseño es la disposición coaxial de dos etapas del compresor, que son accionadas por la turbina o por el motor eléctrico de apoyo mediante un eje común. El aire fluye a través del primer compresor, es enfriado en el intercooler y luego vuelve a ser comprimido en la segunda etapa.