Si solo pudieras utilizar un producto para cuidar tu vello facial, que sean aceites para barba. Porque basta aplicar tres gotitas diarias de este cosmético milagroso para transformar una barba descuidada, reseca, rebelde y sin brillo, tipo Tom Hanks en Náufrago, en otra que para sí quisieran los mismísimos hermanos Hemsworth.
Los aceites para barba, estas fórmulas multifunción elaboradas a partir de aceites esenciales de origen vegetal, están diseñadas no solo para tratar el vello facial, sino también el terreno sobre el que crece. Y es que, si el cutis no está perfectamente hidratado y nutrido, la barba puede convertirse en un elemento incómodo en el que los picores, la tirantez y las escamas que se desprenden de la piel, y que constituyen la base principal de la caspa barberil, campen a sus anchas.
Por qué usar aceite para barba
El mejor aceite para barba aporta múltiples beneficios en cada aplicación y funciona igual de bien en una stubble de reciente creación que en una barba más densa, tupida y poblada. Por un lado, debe nutrir, acondicionar, suavizar y desenredar el vello facial y, por otro, hidratar y fortalecer la piel, regular la secreción de sebo y calmar los picores.
Además, proporciona un puntito de brillo muy distinguido y ese extra de textura y fijación que te permitirá domar y peinar los vellos más rebeldes. Eso sí, es importante que le dediques cierto tiempo a elegir la fragancia que más te guste porque su aroma te acompañará, justo debajo de la nariz, durante toda la jornada.
Beneficios clave del aceite para barba:
Nutre y acondiciona el vello facial, facilitando su peinado.
Suaviza y desenreda, evitando que tu barba se vea descuidada.
Hidrata y fortalece la piel, previniendo irritaciones y sequedad.
Regula el sebo natural del rostro, equilibrando el aspecto general.
Calma los picores, sobre todo en las primeras etapas del crecimiento.
Aporta brillo natural y una textura que facilita el styling.
¿Cómo aplicarlo?
Sencillo: vierte 2 o 3 gotas en la palma de tu mano, frótalas entre tus dedos y distribúyelas por toda la barba, desde la raíz hasta las puntas. Puedes ayudarte con un peine de madera para una mejor distribución. El mejor momento: justo después de la ducha, cuando los poros están abiertos y listos para absorber todos sus beneficios.