Diseñado para integrarse con naturalidad al hogar, Neo One no es un gadget más, sino una pieza de ingeniería sensible al entorno: responde a la voz, organiza rutinas, aprende hábitos y ejecuta tareas como doblar ropa o acomodar objetos, todo con una precisión casi humana. Su cuerpo liviano de polímero flexible, capaz de sostener hasta 68 kg, y un sistema de movimiento por tendones artificiales lo acercan más a la biomecánica que a la robótica tradicional.

Con su interfaz conversacional y sistema de visión contextual, Neo interpreta emociones, reconoce gestos y se adapta al estilo de vida del usuario. Lo que antes parecía ciencia ficción —una asistencia doméstica autónoma— ahora se materializa con un nivel de diseño silencioso y estéticamente neutro, disponible en tonos gris, arena y marrón oscuro.

Su debut marca un cambio en la percepción del lujo tecnológico: el confort ya no se mide solo en metros cuadrados o acabados, sino en el tiempo que la innovación nos devuelve. 1X Technologies, con sede en Noruega y Silicon Valley, anuncia un precio inicial de 20 000 USD o un plan de suscripción mensual de 499 USD, con entregas previstas para Estados Unidos en 2026 y una expansión internacional en 2027.

“Estamos cerrando la brecha entre lo que imaginamos y lo que realmente podemos vivir”, explicó su fundador Bernt Børnich, durante la presentación oficial.

Para Latinoamérica y Panamá, Neo One anticipa un nuevo horizonte: hogares donde la automatización se funde con el diseño, y donde la tecnología deja de ser invisible para convertirse en presencia estética. Su llegada, aún en fase proyectada, podría acelerar el desarrollo de servicios de domótica avanzada, soporte técnico especializado y espacios pensados para la convivencia entre humanos y robots.

Más que un asistente, Neo One representa una pregunta abierta sobre el futuro: ¿qué tan listos estamos para compartir nuestra rutina con la inteligencia artificial?